La emoción ya era grande cuando se proyectaba por primera vez el video de “Cambiando de Color” en la pantalla delante del telón, que se mantenía quieto. Resultó la previa ideal para las gargantas de los jóvenes que coparon La Trastienda en los últimos minutos del viernes para ver a Cruzando El Charco. La intro que interpretaron apenas terminó el clip derivó en “Sobra La Esquina” que llevó la fiesta. Por si quedaban dudas de que el comienzo era apto para entrar en calor, “Piel De Cocodrilo” mantenía en movimiento a los presentes y tuvo el enganche brillante con “Laburar”, en los primeros segundos del sábado.

El recorrido infaltable por la discografía de la banda de La Plata superó lo estricto de pegarse al último trabajo llamado A Mil. “Encontrar”, “Inmortal” y “Bauti” fueron un viaje al 2014 del grupo con Desde Adentro. El show tuvo una energía distendida y el horario ayudó mucho. Nahuel Piscitelli, guitarrista, era el encargado de charlar con la gente entre las canciones y cuando lanzó: “Que caloor, que calor que tengo yo”, el público lo acompaño al instante. Francisco Lago, cantante, se sumo y hubo baile en La Trastienda, una fija durante la presentación. De sorpresa, los seguidores comenzaron a corear el himno y esta vez fue toda la banda, entre risas, la que se acopló a ellos.

La antigua “Libertad” sonó y quedó demostrado que sigue vigente tanto para el grupo como para los fanáticos, en su mayoría adolescentes. El cantante del grupo pidió una ovación para Octavio Lovisolo, director del nuevo videoclip, y al instante comenzó a sonar “Cambiando de color” con la participación en voz de Alin Demirdjian en la voz. El teclado de Damian “Tiky” Rodriguez se adueño del recinto cuando comenzó “Distinta” que tuvo a Piscitelli en la voz en una sección del tema.

Francisco Lago quedó en soledad con el público de Cruzando El Charco y su guitarra. Los acordes que lanzaba descubrían la llegada de “Lo nuestro tiene magia” en clásico formato acústico. Un problema en el cable del instrumento hizo que el guitarrista principal del grupo salga al rescate. En duo realizaron una buena versión que marcó la química entre las dos caras más visibles del grupo de La Plata. Antes de comenzar la canción, la voz de la banda había aclarado: “Es la última vez que la tocó sin toda la banda”.

Pampa Yakuza tocó en el primer turno de La Trastienda. Minutos después, Hernán Saravia, vocalista del grupo, volvió a subirse al escenario para acompañar en “La Tercera en Discordia”. Solo era la punta de la seguidilla que armó la banda para poner a bailar a los presentes. Una versión con el ADN de Cruzando El Charco, a pura percusión, de “Eye of the tiger” ofició de introducción de “El Baile”. Seguidito, el enganche de “Sobran caravanas” y “Cartagena” convirtió el lugar en un boliche en donde se bailaba o se bailaba. Las cumbias llegaron al final con “Luna Maleante” que representó diversión ya que hasta los músicos se distendieron: mientras Ignacio Marchesotti hacía un solo de percu, el cantante le vació una botella entera de agua sobre él.

Hubo un pequeño descanso y la banda se volvió a subir. Una intro a la altura de una apertura de show tanto en sonido como en luces sirvió como antesala para “A Mil”, donde se gritó con fuerza “No soy tu país, hijo de puta, ni vos mi presidente”. Luego de “Adonde están” con Manuel de Sueño de Pescado, se cerró el telón con “Terminales” ante una Trastienda colmada y con aires de satisfacción por el 2017 de CeC.

Fotos de Sofia Varacalli.