Se terminó el evento más importante que tiene el rugby y los locales se quedaron con el premio mayor, la copa. Los partidos para ellos no habían tenido mayores complicaciones, Los Pumas fueron los únicos que lograron fastidiarlos unos minutos en cuartos de final. Nada pudo contra el equipo más temible.
Para cerrar el círculo tenía que encontrarse con Francia como ya lo habían hecho en 1987 en el primer mundial. Con el Eden Park lleno, aproximadamente unas 60.000 personas fueron testigos de un partido por demás ajustado.
Las fichas como es costumbres estaban puestas en Nueva Zelanda, y eso se ve que jugó un poco en contra, al conjunto se lo noto confiado, ya que enfrente estaba un equipo al que lo tenían de hijo. Francia utilizó eso a su favor y por momentos parecían dispuestos a arruinarles la fiesta.
Como toda final, los nervios fueron los protagonistas y tiño casi todo el partido, durante los primeros cuarenta minutos solo hubo una jugada de emoción y fue el try de Tony Woodcock a los 14 minutos de juego, luego de eso no hubo nada más. La confianza del equipo bajaba debido a que una noche más el temible Piri Wepu no estuvo preciso a la horas de patear a los palos. Para los franceses no era la mejor noche, no solo no encontraban la forma de poder atacar y ganar terreno sino que a los 23 minutos pierde a su apertura Morgan Parra debido a una lesión.
Al descanso se fueron llenos de dudas pero con la certeza de que el match podía ser para cualquiera de los dos, así que salieron a jugar los minutos que faltaban con todo.
Al parecer ese todo duraría solo unos 7 minutos, los All Blacks empezaron a tener la necesidad de saber que la copa se quedaba en casa, a los 6 minutos estiran un poco la ventaja gracias al pie de Stephen Donald y poner 8 a 0 arriba, sin embargo la alegría iba a durar poco, Thierry Dusautoir apoyo en el in goal negro y Francois Trinh-Duc convirtió. Solo un punto los separaba y los mantenía a los dos con vida y casi todo el segundo tiempo por delante. Pero la historia se iba a repetir y como hace 27 años atrás los All Blacks se iban a quedar con el tituló en su propia tierra.
8 a 7 termino el partido que mantuvo en vilo a los espectadores hasta que se escucho el pitazo final. Los All Blacks vivieron un deja vu y levantaron la copa por segunda en la historia.
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